Palabras de Pelegrín Castillo Seman. Presidente del Tercer Congreso de Confenagro y, directivo, fundador, asesor de políticas públicas de de la confederación.

Un saludo fraterno, entusiasta, cálido, a todos los que se han dado cita para la realización de este 3re congreso de Confenagro, que se inicia en la tarde de hoy, 12 de Abril, con la presencia del presidente Abinader, que vuelve a dar testimonio de que reconoce el valor estratégico supremo del sector agropecuario y de su compromiso con esta institución representativa de los productores agropecuarios.

Constituye un gran honor, volver a ser presidente de este significativo encuentro congresual, que impulsa una gran agenda de nación. El lema fundacional de Confenagro tiene una enorme fuerza, porque expresa en forma lapidaria una gran verdad: sin producción no hay nación.

Sin embargo, esa verdad de a puños muchas veces se obscurece, se olvida, se minimiza. Y por eso es tan importante que todos los hombres y mujeres de la producción agropecuaria, los que “hacen parir la tierra”, los que se apegan con amor a ella como expresión de su índole profundamente generosa , enfrentando año tras años los azares y vicisitudes de la producción, no podemos dejar de proclamar ese lema poderoso, ante todos los dominicanos y el mundo entero.

Desde una perspectiva histórica, la nación dominicana puede decirse que debe mucho a los hombres y mujeres del medio rural, “a la gente del campo”, como le gusta decir a mi padre: la independencia y la restauración la hicieron los dominicanos del medio rural; la urbanización, el desarrollo comercial, industrial y turístico; incluso, la estabilidad y paz social que hemos disfrutado relativamente en los últimos decenios, deben demasiado a los sacrificios de los productores agrícolas y pecuarios, así a los campesinos y trabajadores del campo: en forma de transferencia de precios , de impuestos duros, intermediación rentista, concentraciones abusivas. También, de brutales despojos, restricciones arbitrarias, éxodos y desarraigos, de no poca inseguridad y abandono por las políticas públicas.

Y por eso nuestro lema es necesario repetirlo siempre, porque se impone que se haga un gran proceso de justicia o corrección histórica: hay que decirlo fuerte y claro, al sector agropecuario hay que devolverle mucho de lo que ha dado. Propiamente, debe ser recompensado con una restauración de su enorme potencial de crear verdaderas riquezas, y de proveer seguridad alimentaria a todos los hijos de esta tierra y a todos los vecinos que lo requieran. Afortunadamente, RD tiene las condiciones de producir alimentos para más de 30 millones de personas, y sería imperdonable que no lo hicieramos.

En el Segundo Congreso del 2022 se definió una Agenda de Seguridad Alimentaria en tiempos de crisis. Justo cuando el sector turístico empezaba su reactivación, que fue un innegable logro del gobierno del presidente Abinader, después de vivir los embates tremendos de la Pandemia del COVID, quedó claro que el sector agropecuario fue un gran aliado del gobierno, de la nación , de todos los dominicanos dominicanos, probando su dinamismo, y sobre todo, su resiliencia en tiempos de adversidad e incertidumbre.

En ese momento expresé que la meta suprema de una nación como la nuestra, en esta encrucijada que vive la humanidad y nuestro continente, debe ser la de convertirnos en una nación más que resiliente-que en gran modo lo somos-, en una nación Anti Frágil, como explica el pensador Nassin Taled, es decir, es decir una nación que sabe sacar frente a cada adversidad, mucha fortaleza; frente a cada amenaza o peligro, dispuesta a alcanzar un incremento de sus opciones de respuesta constructivas e innovadoras.

Ya podemos decir que buena parte de la agenda de seguridad alimentaria de la República Dominicana está trazada, en la línea de crear una nueva ruralidad, que haga factible que la gente del campo permanezca en el campo, que muchos otros retornen; y que también, sea una opción poder vivir en el medio rural con las ventajas de la urbanización, lo que ya permiten las tecnologías disponibles.

También, se ha avanzado mucho en la línea de incorporar en el Pacto Nacional de Políticas de Estados, suscrito a finales de octubre bajo los auspicios del presidente Abinader, las grandes líneas de una visión sobre la necesidad de crear una agropecuaria capital/tecnólogia intensivas, que dé un gran impulso a la mecanización, tecnificación y automatización de los procesos de siembra y cosecha, de crianza y desarrollo, con la menor dependencia posible de un mano de obra sin calificación laboral, depauperada, que proviene de una nación emblemática, que a la vez es un estado fallido, que merece ser rescatada y reconstruida por los que más pueden y deben.

Pero para completar y complementar, para coronar y engrandecer esa agenda de nación, es imprescindible que nos aboquemos a delinear una estrategia para impulsar la agroindustrializacion de la producción agropecuaria: que es el objeto fundamental del de ese congreso, que debe contar con los aportes de todos los presentes para delinear los contenidos esenciales de una ley sectorial, realista, efectiva, sencilla, que confiamos asumiran con entusiasmo y compromiso todos los sectores del liderazgo nacional. Pero que necesitará además que fortalezcamos todas las condiciones del diamante productivo, feliz expresión de Michael Porter, que explica la interacción de los factores que hacen las naciones avancen y triunfen.

Unas palabras finales, que nadie dudé que la humanidad esta viviendo un momento extraordinario, donde está en marcha un proceso de desglobalizacion; o de relocalizacion de las cadenas de suministro; o como describe con crudeza Peter Zeyhan, en su magnífica obra El Fin del Mundo es solo el comienzo, un proceso de derrumbe de la globalización.

Las consecuencias de esos eventos descomunales, desconocidos, nadie está en condiciones de preverlas todavía. Lo que sí es una realidad incontestable es que todas las naciones y todas las regiones, tendrá que concentrarse en producir más y mejor en sus propios espacios y con sus propios recursos, siendo el mas importante de todo su recurso humano, con sus talentos, disciplina de trabajo, amor al terruño, y mucha confianza en la gracia de Dios, que nunca nos abandona, para que en el caso nuestro, sigamos siendo dominicanos en tierra dominicana.

Publicado por Pelegrin Horacio Castillo Seman

ExDiputado,ex Ministro Energía y Minas VP de Fuerza Nacional Progresista. ProNacion. Formosa Club. Asesor Políticas Públicas Confenagro. FHL Presidente Foppredom. Observatorio Geopolítico Unicaribe.

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